La literatura colonial es toda
aquella manifestación cultural escrita en América durante el tiempo que el
continente estuvo bajo el control de los países europeos que,
el caso hispanoamericano, fue bajo el dominio español en un extenso
territorio que ocupó desde la parte media y baja de Norteamérica hasta Argentina,
exceptuando algunos pequeños espacios que estuvieron colonizados por los holandeses, franceses e ingleses y el enorme y actual territorio de
Brasil que fue colonia portuguesa.
Esta literatura se
caracterizó por una gran producción de los colonizadores españoles, estar
influenciada directamente por la tradición europea, adaptándose al contexto de
la cultura americana y por estar en medio de los conflictos que generó la
colonización, como las luchas de poder, el ideal de reconocer y definir la
población americana y los sueños de independencia de los colonizados.
Existen cuatro
manifestaciones destacadas en la literatura hispanoamericana colonial: Las crónicas de
indias, el barroco, el humanismo y el neoclasicismo.
Las crónicas de Indias
Las crónicas de indias
fueron los primeros escritos producidos desde el continente americano, y consistieron en textos informativos donde
se describieron con gran detalle las tierras descubiertas en el nuevo mundo y
se relataron las actuaciones desarrolladas por los conquistadores y los
colonizadores. Los cronistas de indias más importantes fueron: Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Francisco
Pizarro, Pedro Cieza de León y Alvar Nuñez Cabeza de Vaca. Cabe destacar a Fernando de Alvarado Tezozómoc, un cronista mexicano nieto del
emperador Moctezuma II, quien no solo sirvió de intérprete de la Audiencia Real
de México, sino que también escribió la Crónica Mexicana y la Crónica Mexicáyolt, donde se narró la historia de las diferentes
tribus mexicanas hasta la llegada de los españoles. Así mismo, merece un
reconocimiento especial el bogotano Juan
Rodriguez Freile, quien con su obra El Carnero, basada en anécdotas, chismes y sermones, y
rodeada por un marcado prejuicio a la belleza femenina, dejó un testimonio muy real de cómo era la sociedad colonial durante los
virreinatos.
El Barroco
El Barroco fue un movimiento
artístico y literario que, aunque surgió en Europa en el siglo XVI, llegó al
continente americano en el siglo XVIII, cuando estaba desapareciendo como
estilo del antiguo continente. Literariamente se destacó por un deseo de
contener expresiones hermosas, dándole más importancia a la forma que al fondo
de sus textos, lo que hacía que en con frecuencia se dificultara el
reconocimiento de las ideas centrales y secundarias.
Entre sus principales
características están:
-
El cultivo de formas poéticas clásicas, como
el soneto, el romance o la redondilla.
-
El empleo exagerado de figuras literarias.
-
Su predilección por temas religiosos o
místicos.
-
Una amplia libertad semántica.
-
Manejo de múltiples citas mitológicas griegas
y romanas.
-
Uso constante de neologismos y arcaísmos.
-
Y manejo de una construcción gramatical
especial.
En el barroco
hispanoamericano se destacaron autores como el español Juan de Castellanos, con su obra Elegía de varones ilustres de Indias, el
poema el más extenso en la lengua castellana; el bogotano Hernando Dominguez Camargo, con su Poema heroico a San Ignacio de Loyola, fundador de la compañía de Jesús,
obra que durante muchos años fue considerada la más valiosa de nuestra
literatura; Son Francisca Josefa del Castillo y Guevara, religiosa nacida
en Tunja, quien en su obra más importante, Sentimientos o Afectos espirituales, manifestó un tono
espontáneo, tierno y delicado, al nivel de una poesía universal; finalmente, la
escritora más importante y destacada del barroco hispanoamericano es la
mexicana Sor Juana Inés de la Cruz,
quien debió enfrentarse a los convencionalismos de su tiempo que iban en contra
de que las mujeres demostraran curiosidad intelectual e independencia de
pensamiento; aunque literariamente tuvo
una influencia directa del estilo
español, se destacó por su gran sensibilidad artística, ingenio y originalidad,
el abordar temáticas místicas,
religiosas, incluso amorosas, y el no dedicarse de manera exclusiva a un
género, pues sus escritos incluyeron tanto la poesía, como la prosa y el drama.
El Humanismo
El humanismo, que si
bien puede no ser estrictamente
considerado como un movimiento literario, fue una corriente filosófica,
intelectual y cultural, que exaltó las cualidades de la naturaleza humana y de
sus derechos, y que influenció directamente a varios autores y sus escritos.
Por ejemplo, el del cronista de indias Fray
Bartolomé de las Casas, un religioso español que en su misión
evangelizadora y con un carácter muy paternalista, defendió los derechos humanos de los indígenas americanos ante los abusos excesivos de los
colonizadores europeos. También se destacan los mexicanos Leopoldo Zea y Francisco
Javier Clavijero, el primero por tener en sus escritos una marcada
conciencia de la independencia, y el segundo por enfatizarse en el conocer
y divulgar los valores culturales de los
pueblos indígenas
El Neoclasicismo
El neoclasicismo también es
un movimiento europeo que en Hispanoamérica influenció la cultura y la política
desde mediados del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XIX, creando un gran interés por la libertad y la
independencia.
Se destacó por la poesía
revolucionaria, que si bien carecía de gran valor estético, se dedicaba a
celebrar los triunfos de los ejércitos americanos, promover el entusiasmo
nacional, enaltecer los héroes de guerra y atacar al reino español.
Durante el neoclasicismo
hispanoamericano se tuvo preferencia por escritos revolucionarios como
memorias, traducciones, biografías, cartas, discursos, ensayos, panfletos y, un
periodismo político, social y económico que sirvió como medio de difusión a la
ideología revolucionaria.
Con este movimiento se marca
el nacimiento de la verdadera novela realista hispanoamericana.
Entre los autores
neoclásicos más importantes están el venezolano Andrés Bello, famoso además por ser maestro del prócer de la
independencia Simón Bolívar, y que escribió obras como Silvas americanas, Filosofía del entendimiento
y Gramática de la
Lengua Castellana; también fue importante el ecuatoriano José Joaquín Olmedo, no solo por sus
obras La victoria de
Junín o Canto a Bolivar, sino por su discurso “Sobre la supresión de las mitas”,
con el cual logró que se aboliera esta forma de esclavitud disfrazada de forma
de trabajo; y por último, el mexicano José
Joaquín Fernandez de Lizardi, quien con su obra El Periquillo Sarniento, dio vida y origen
a la primera novela americana.
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